Área de Chicago

La Cuaresma es un tiempo de pausa para reenfocarnos y voltear nuestra mirada a Jesús

Por Redacción Católico
lunes, febrero 26, 2024

Celebración de la Cuaresma 2024 en la Arquidiócesis de Chicago

“La Cuaresma es una época de conversión” dice el padre Sergio Rivas, párroco de la parroquia Cristo Rey, en La Villita. “Es la preparación para celebrar el misterio de la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo”. Fotos: Karen Callaway/Católico
Carolina Díaz y Érica Delvina distribuyen cenizas en la plaza memorial Manuel Pérez Jr. en La Villita, el 14 de febrero, donde también se ofrecieron confesiones. Fotos: Karen Callaway/Católico
Carolina Díaz distribuye cenizas a parroquianos de Cristo Rey y residentes de la comunidad en la plaza memorial Manuel Pérez Jr. en La Villita, el 14 de febrero.
Parroquianos de Cristo Rey y miembros de la comunidad reciben cenizas en La Villita el 14 de febrero.
Alumnos de la escuela St. Thomas the Apostle oran y ven al padre Michael Trail bendice y quema las palmas el 13 de febrero. Las cenizas se distribuyeron el 14 de febrero para marcar el comienzo de la Cuaresma.
Nancy Werner y Dan Cortes preparan órdenes para llevar, mientras voluntarios trabajan durante la venta de pescado frito en la parroquia St. John Neumann en Homewood, el 16 de febrero.
Parroquianos de Cristo Rey y miembros de la comunidad reciben cenizas en La Villita el 14 de febrero.

El pasado 14 de febrero, coincidiendo con el Día de San Valentín, se celebró el Miércoles de Ceniza, actividad con la que dio inicio la Cuaresma. Sabemos que este periodo se refiere a los cuarenta días que conducen a la Resurrección de Jesús, la Pascua, que este año se conmemora el 31 de marzo.

¿Pero qué es la Cuaresma? “La Cuaresma es una época de conversión” dice el padre Sergio Rivas, párroco de la parroquia Cristo Rey, en La Villita. “Es la preparación para celebrar el misterio de la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo”.

El padre Sergio habla de la importancia del proceso de la Cuaresma. “Los cuarenta días son importantes” dice. “El número cuarenta aparece en la Biblia muchas veces: por ejemplo en el diluvio llovió cuarenta días; o los israelitas, que iban a pasar cuarenta días y terminaron pasando cuarenta años en el desierto; o Jesús se fue al desierto por cuarenta días y ayunó. Entonces, el número cuarenta tiene ese significado de transición y conversión. Cosas muy importantes suceden durante esos cuarenta días, la Iglesia adopta esa cifra como el número de días que nos debemos preparar para la Semana Santa”.

Por su parte, el padre Jesús Raya Custodio, párroco de la iglesia San Alfonso, considera que la Cuaresma es un tiempo de suma importancia en nuestro caminar de fe, porque, dice “nos permite reenfocarnos, reenfocar nuestra identidad como discípulos de Jesus. Jesus nos enseña, a través de su retiro en el desierto por cuarenta días, que debemos tener una preparación para fortalecer nuestra misión. Cada uno de los bautizados tenemos una misión: llevar el mensaje del Evangelio. Llevar el mensaje a través de nuestro testimonio cristiano a todos, desde los más jovencitos hasta los abuelitos.  Las prácticas cuaresmales nos preparan para la misión y para celebrar la Pascua de una forma más auténtica”.

Para la hermana Ilse Aguilar Castillo, directora de la escuela Inmaculada Concepción, la Cuaresma es un tiempo de pausa, de hacer un alto y voltear nuestra mirada a Jesús, “a Jesús que es verdad, que es misericordia, que es vida, que es amor y que es camino” dice, “el camino que nos invita a seguir a lo largo de nuestra vida. De ahí la importancia de este tiempo que nos permite reflexionar y ver si la trayectoria que hemos recorrido ha sido junto a Él o nos hemos alejado de su camino. Es importante, pues es tiempo de rectificar el rumbo, de preguntarnos: cómo está mi relación con Dios y con el próximo?”

Limosna, oración y ayuno

Como parte de la Cuaresma, tenemos que integrar tres elementos: limosna, oración y ayuno. “La Cuaresma es una buena oportunidad para empezar o perfeccionar tu vida de oración” dice el padre Jesús Raya. “La oración es fundamental para la vida del cristiano. Primero, ¿qué es la oración? La oración es estar en constante comunicación con Dios. ¿Para qué? Para fomentar nuestra amistad con Él. Quizás, empezar por compartir mentalmente tu día con Dios… los proyectos, las alegrías, las penas, tus deseos. Dios los sabe, pero le gusta cuando se lo compartimos. Quizás salir a caminar unos minutos con Dios de acompañante. Quizás leer el evangelio del día y hacer una breve meditación. Quizás escribir un poco sobre lo que te inquieta. Recuerda que la oración se la dirigimos a una persona de la Trinidad—Padre, Hijo, Espíritu Santo”.

“Tu relación con Jesús en la oración es de suma importancia” considera la hermana Ilse Aguilar. “Recuerda que podemos ser contemplativos en acción, que no es necesaria una iglesia o capilla para poder conversar con Él, pues Él habita en nuestro corazón.

Abstinencia

A menudo se habla de abstenerse de algo durante la Cuaresma (comer carne los viernes, por ejemplo). Al respecto, el padre Sergio Rivas dice: “Es importante que nosotros aprendamos a negarnos [cosas] a nosotros mismos. Pero la negación no es una negación del mundo porque el mundo sea malo, la negación de cosas, objetos, actividades, solamente es para que nosotros podamos convertirnos en maestros de nuestra propia vida y que no nos dejemos controlar por las cosas. Entonces, la abstinencia absoluta de cosas puede ser contraproducente en dos direcciones: la primera es que como estamos dejando algo, nos sentimos con derecho a hacer otras cosas: ‘oh, como no estoy comiendo esto voy a comer más de lo otro’. Hay que tener cuidado en que esto no se convierta en un intercambio, ‘me estoy absteniendo aquí pero estoy siendo indulgente en otras cosas’”.

“Para la cuaresma usualmente dejamos algo o agregamos algo a nuestra vida” dice el padre Jesús Raya, “pero ¿cuál es mejor? Ninguna, si no tenemos un corazón dispuesto a cambiar.  Es bueno pensar en cuál es el propósito, dejar algo o agregar algo en nuestra vida cristiana es por un bien espiritual y por acercamiento a Dios, no simplemente por  tradición”.

“Otro problema es que a veces prometemos cosas que nos hacen daño” dice el padre Sergio. “Un diabético que se proponga ayunar a pan y agua, por ejemplo, es peligroso, está poniendo en riesgo su salud, y la responsabilidad que esta persona tiene con su salud es mucho más importante. Ayunar es un acto de piedad, la gente tiene que buscar una forma de ayuno que no le afecte su salud.”

“Hay otra situación” continuó el padre, “que a veces nos sentimos bien, yo digo ‘no voy a tomar alcohol, no voy a fumar por cuarenta días’ y lo cumplo, pero una vez pasa este periodo vuelvo a mis hábitos, me vuelvo a dejar encadenar por mis vicios. Entonces, ¿de qué sirvieron estos cuarenta días? Me aguanté cuarenta días, pero no he reconquistado mi autonomía.”

“Yo sugiero que siempre pongamos atención, ‘¿qué me va a hacer realmente más libre después de esos cuarenta días de abstinencia?’ En el caso de la gente que se abstiene de participar en las redes sociales y después vuelve a estar conectada a su teléfono todo el día. Entonces, si yo hago el propósito de renunciar por dos horas al día a las redes sociales durante la Cuaresma, y eso se me queda como hábito es mucho más importante que decir ‘dejo todo y después vuelvo a lo mismo’.

Advertising